ACAHN

GENERALIDADES DEL AREA DE CONSERVACIÓN ARENAL HUETAR NORTE

POR: CARLOS L. ULATE RDORÍGUEZ


I. INTRODUCCIÓN

En mayo de 1995, el Ministerio del Ambiente y Energía (MINAE), integró las potestades legales, administrativas y técnicas en el campo forestal, vida silvestre y áreas silvestres protegidas, en un modelo de gestión hacia la descentralización y participativo denominado Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).

Con este nuevo enfoque se espera definir políticas y estrategias con una visión integral para la conservación y manejo de los recursos naturales, mejorar los servicios a los usuarios, maximizar los recursos, disponer de mayor información e involucrar de manera más efectiva los diferentes sectores de la sociedad en la toma de decisiones.

Para facilitar el trabajo, administrativamente el SINAC, ha dividido el territorio costarricense en once (11) áreas de conservación, todas con carácter de Direcciones Regionales.

El Área de Conservación Arenal Huetar Norte (ACAHN) es una de éstas Áreas de Conservación, y en el presente documento se suministra información básica tanto biofísica y socioeconómica que permita conocer mejor sus recursos sobresalientes y facilitar una visión general de la misma.


II. GENERALIDADES DEL ACAHN

2.1. Descripción biofísica

2.1.1. Localización

El ACAHN se localiza al Norte de la República de Costa Rica, tiene una extensión de 6.734 Km2 (13.56% del territorio nacional). Está integrada por cinco cantones: Guatuzo, Los Chiles, San Carlos, Upala y Alfaro Ruiz de la Provincia de Alajuela y el distrito de La Virgen y Cureña del cantón Sarapiquí, Provincia de Heredia, además de Peñas Blancas en San Ramón. (SINAC, 1999)

Limita al Norte con la República de Nicaragua, al Sur con el Área de Conservación Arenal Tilarán, al Oeste con el Área de Conservación Guanacaste y al Este con el Área de Conservación Cordillera Volcánica Central. (SINAC, 1999)


2.1.2. Clima

En general es un clima húmedo, muy caliente, con déficit pequeño de agua (Herrera, 1986). La temperatura promedio varía desde 22° C (de Diciembre a Febrero) hasta 26° C (de Abril a Noviembre). La precipitación promedio anual (en el período 1955 a 1996) fue de 3271 mm. Hay variaciones desde 2050 mm. a. en la parte occidental a 4500 mm. a. en el Oriente. La distribución mensual revela que a partir de Setiembre – Octubre se inicia un descenso de precipitación, hasta encontrar los meses secos en Febrero, Marzo y Abril. El Área se caracteriza por presentar alta nubosidad, independientemente de la precipitación, y una alta humedad relativa, con promedios mensuales desde 80% en Febrero a 91% en Agosto. El brillo solar promedio es de 5 a 6 horas diarias. (Vázquez, 1991; COSEFORMA y Ulate, 1996)

La evaporación está en el orden de 1200 a 1500 mm. a. (OEA, 1997).
La evapotranspiración potencial anual está entre 1700 – 2000 mm (Herrera, 1986).

Respecto a los vientos, la dirección es constante (medidos a 1000 m. sobre el terreno), prevalecen durante la mayor parte del año, los que soplan del Este y del Noreste. Solo en caso de eventos extraordinarios como huracanes y tormentas, las velocidades sobrepasan los 50 Km./hora. (OEA, 1997)


2.1.3. Topografía, Suelos y Zonas de Vida

El ACAHN forma parte en su mayor extensión de las llanuras de inundación del Caribe y su relieve es por lo general plano, producto del relleno aluvial con material de base de origen volcánico. El perfil topográfico predominante se caracteriza por colinas de hasta 366 metros sobre el nivel del mar (msnm) en el Cerro Jardín, terrazas con altitudes entre 50 y 100 msnm, y llanuras aluviales de terrenos planos y algunos pantanosos (COSEFORMA, 1996).

El resto de la extensión territorial del ACAHN lo constituyen las tierras altas del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco y zonas aledañas que se caracterizan por tener pendientes desde fuertemente ondulado (30-60%) a escarpado (60-75%) y fuertemente escarpado (+75%), siendo el punto de mayor altitud el Cerro Pelón a 2320 msnm. También destaca en el Parque Nac. Volcán Arenal, el Volcán Arenal con una altura de 1633 msnm y a menor altura el Volcán Chato.

Las tierras altas se unen a la llanura por faldas volcánicas que presentan laderas con todo tipo de pendiente (Zech, 1994).

Predominan los suelos Inceptisoles, de color rojizo y arcilloso con una formación y evolución poco desarrollada, pero que permiten una amplia gama de producción agropecuaria y forestal; en menor proporción presenta suelos Ultisoles, que son suelos más viejos y meteorizados del país ubicados en las partes altas de las cuencas y en las posiciones más altas de las pendientes.

Todavía en menor proporción presenta suelos Entisoles, terrenos de llanuras mal drenadas. (COSEFORMA, 1996).

Con base en el mapa para la clasificación de Zonas de Vida (Tosi, J. 1969), el 53% del área está constituida por Bosque muy Húmedo Premontano transición a Basal (bmh – P), el 24% corresponde a Bosque muy Húmedo Tropical (bmh – T), y el área restante pertenece a los tipos del bosque representados en la Figura 1 (COSEFORMA, 1996).



(bmh – T) = Bosque muy húmedo tropical
(bmh – P) = Bosque muy húmedo premontano transición a basal
(bh – T1) = Bosque húmedo tropical transición a per húmedo
(bh – T) = Bosque húmedo tropical
(bp – P) = Bosque pluvial premontano
(bp – MB) = Bosque pluvial bajo





2.1.4. Geología y Geomorfología

En el ACAHN, el escenario geológico, se remonta a la Era Cuaternaria, donde los procesos sedimentarios continuaron asociados a la actividad volcánica de la Cordillera Volcánica Central conformando llanuras aluviales del Caribe, con materiales coluvio aluviales y fluviolacustres del Pleistoceno; las partes altas y laderas de las cordilleras se componen de rocas volcánicas del cuaternario. Los depósitos recientes en el área son de origen eólico o aluvial y los ríos San Carlos y el Sarapiquí, han sido portadores de las cenizas y sedimentos generados por los volcanes. (Gómez, 1986; OEA, 1997).


2.1.5. Hidrología

En el ACAHN, se tiene la presencia de seis cuencas hidrográficas a saber: Río Frío (1551,40 Km2), Zapote y otros (1644,30 Km2), Río Pocosol y otros (1641,10 Km2), Río San Carlos (2646,30 Km2), Río Cureña (342,80 Km2) y Río Sarapiquí (1923,30 Km2) (Gómez, 1986). Las cuencas de los ríos de la Vertiente Noreste de la Cordillera de Guanacaste vierten sus aguas principalmente al Lago de Nicaragua y comprende la Llanura de los Guatuzos. El resto de los ríos drenan al Río San Juan a través de las Llanuras de San Carlos y Santa Clara, sus nacientes en la Sierra de Tilarán y en la Cordillera Volcánica Central. Dentro de estas llanuras se destacan ambientes hidromórficos constituidos por humedales (Gómez, 1986, OEA, 1997), tales como Las Camelias, Medio Queso, Caño Negro, Maquenque, Tamborcito, Copalchí. También forma parte de los humedales del área el Lago Arenal y el Lago Cote.

Los ríos en el territorio costarricense aportan el 85% del caudal total del Río San Juan (OEA, 1997).

Respecto a las aguas subterráneas, en general existen acuíferos abundantes, superficiales y, con aguas de buena calidad. El mayor de éstos por su extensión se localiza en la Llanura de San Carlos y en los interfluvios de los Ríos Sarapiquí y San Carlos. En la región muchas poblaciones utilizan agua subterránea para su abastecimiento (OEA, 1997).

Un aspecto importante asociado a los ríos son los sedimentos, los cuales influyen directamente sobre la calidad de las aguas; ya que estos vienen a ocasionar cambios físicos en aquellos con utilidad para riego, y por los efectos “in situ” del sobreuso del suelo, en general las partes alta y media de las cuencas se consideran áreas críticas de manejo. Por ejemplo, el valor más alto en la producción específica de sedimentos en suspensión que se calculó en la estación Terrón Colorado fue de 817 Ton/ Km2/año (OEA, 1997).


2.1.6. Flora y Fauna

La flora y la fauna del ACAHN refleja en su diversidad y riqueza de especies, el intercambio producido de biota entre la masa continental Neotropical de Sudamérica y la Neoártica de Norteamérica. Florísticamente, el ACAHN, representa la frontera norte entre las floras Neotropical y Neoártica.

En términos generales, los bosques húmedos y muy húmedos coinciden con las tierras bajas y calientes del Caribe. Con la elevación, las formaciones vegetales cambian hacia todos los tipos de vegetación más templada hasta llegar a bosques más nubosos, en las cimas de conos volcánicos, principalmente en el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco.

A todo lo largo de esta diversidad de formaciones vegetales, la intervención humana ha sido fuerte, siendo la agricultura y la ganadería tanto de engorde como de leche y en menor relación los incendios forestales, los elementos de cambio o alteración más relevantes.

Como flora netamente neotropical, los bosques muy húmedos incluyen la mayor riqueza florística, reportándose más de 145 familias de plantas y helechos, con más de 1000 especies. De estas, unas 70 especies son helechos. Sin embargo, aún quedan muchas especies por describir y sitios por colectar más a fondo. Solo en la Estación Biológica La Selva, en Puerto Viejo, Sarapiquí, se han descubierto hasta ahora unas 60 o más especies de plantas. Las familias de plantas más ricas en especie dentro del ACAHN son: Araceae (anturiums y monsteras), Arecaceae (palmas y pejiballes), Bromeliaceae (piñuelas), Euphorbiaceae, Heliconiaceae (platanillas o heliconias), Lauraceae (Ira), Fabaceae (almendro), Meliaceae (caobilla), Moraceae (ojoche), Orchidaceae (orquídeas) entre otras y varias familias de Polypodiophyta (helechos) (OEA, 1997).

El inventario forestal que se realizó en 1993 y cubrió un área de 5600 Km2 (86% del área del ACAHN). La cobertura boscosa, incluyendo las plantaciones forestales, alcanzó un 26,8% del área total inventariada.
El bosque primario cubre un 23% (23125 ha) del total de bosques. En general, son dispersos y constituidos por bosques pequeños, localizados principalmente a lo largo de la frontera con Nicaragua. El 33% del área de estos bosques se considera de protección, por estar ubicada a lo largo de los ríos y en lugares con pendientes escarpadas. El bosque primario intervenido, debido a la extracción de la madera, son los más abundantes del área y en esta categoría hay 45385 ha (43,8% del área total de bosques). (COSEFORMA, 1996)

En el área se calcula también que existe alrededor de 15000 ha de bosques ubicados sobre terrenos con elevadas pendientes (suelos marginales o suelos de pastizales degradados) y contiguos a bosques primarios intervenidos. El tamaño de estos bosques varía entre 5 y 50 ha. (COSEFORMA, 1996)

La composición de los bosques revela que entre las especies que aportan más área basal por hectárea están, gavilán (Pentaclethra macroloba), caobilla (Carapa guianensis), almendro (Dipteryx panamensis), botarrama (Vochysia allenii), tamarindo (Dialium guianense), entre otras (COSEFORMA, 1996).

Respecto a las plantaciones forestales, el proceso inició a partir del año 1979; a la fecha se tiene alrededor de 35790 ha. La especie más plantada es Melina (Gmelina arborea) con un 67%, seguida de Teca (Tectona grandis) con un 16,34%, ambas especies son exóticas.

Las plantaciones con especies nativas son alrededor de 800ha, siendo las especies más plantadas: Cebo (Vochysia guatemalensis), Roble coral (Terminalia amazonia), Pilón (Hyeronima oblonga), Botarrama (Vochysia ferruginea) y Almendro (Dipteryx panamensis) (COSEFORMA, 1995; Ulate, 2001).

También destacan las asociaciones vegetales conocidas como yolillal, donde predomina la especie de palma yolillo (Raphia taedigera) y los marillales donde predominan las especies forestales cedro maría (Calophyllum brasiliense), el marillo (Symphonia globulifera) y el orey (Campnosperma panamensis). Este tipo de asociaciones vegetales, es un bosque anegado, hacia tierra firme de baja diversidad, dominado por palmas en asocio con pocas especies de árboles (Gómez, 1986).




Especies endémicas

Endémico significa que una especie de planta o animal se encuentra restringida en su distribución a cierto país, región o localidad. Se calcula que para la Cuenca del Río San Juan, el endemismo total de plantas puede alcanzar un 10% (OEA, 1997). Entre las especies endémicas presentes en el ACAHN están: Tostado (Sclerolobium costaricense), Guettarda turrialbana, Povedadaphne quadriporata, Inga cañonegrensis, Gamanthera herrerae, Talauma gloriensis (SINAC, 1997; Poveda, 1998; Pennington, T y Zamora, N, 2001).

La fauna del ACAHN, también refleja la situación transicional entre las zonas Tropical y Neoártica, aunque el patrón de transición es complejo. La fauna es típica fauna neotropical en el caso de la mayoría de vertebrados, excepto en los reptiles (OEA, 1997).

El ACAHN es para algunas especies el límite de su distribución, aunque los representantes faunísticos del norte y del sur generalmente extiende su distribución más allá, por ejemplo, entre los mamíferos tenemos especies de 24 familias provenientes del sur (entre ellos los marsupiales, los armadillos, los perezosos) y de 19 familias del norte (entre ellos los venados, el coyote, los conejos de monte) (Valerio, 1999).

La fauna de los peces de agua dulce es más tropical que templada, existe una especie muy particular, como por ejemplo el gaspar (Atractosteus tropicus); tiene el cuerpo cubierto de enormes escamas fuertes y la boca alargada en forma de hocico armado con gran número de dientes finos. Tiene gran interés evolutivo, ya que la mayoría de sus parientes dejó de existir hace varios millones de años y por tal razón de esta especie se dice a menudo que es un fósil viviente (Valerio, 1999).

Entre las familias de anfibios, se encuentran típicos representantes de la fauna del sur, como son los cecílidos, leptodactílidos, brevicipítidos e hílidos. Del Norte, las familias de los bufónidos (sapos, salamandras, pletodóntidos y los ránidos como la rana roja (Dendrobates pumilio) y la rana verde (Dendrobates auratus) (OEA, 1997 y Norman, 1998). Los reptiles poseen representantes de ambas regiones faunísticas, con algunos ejemplos muy particulares como el lagarto (Crocodilus acutus), el caimán o guajipal (Cayman crocodilus), la tortuga ulima (Trachemys scripta). La fauna de aves incluye ejemplos típicamente transicionales, migrantes, y especies de zonas templadas. La diversidad de especies de aves es particularmente interesante en ecosistemas de humedales. (OEA, 1997).
La avifauna en el ACAHN, entre las aves más representativas están varias familias de aves acuáticas como el pato aguja (Anhinga anhinga), el pato chancho (Phalacrocorax brasilianus), las garzas como la espátula rosada (Ajaia ajaja), los jacanas (Jacanidae), palomas (Columbidae), el quetzal (Pharomachrus mocinno) en los bosques más nubosos del Parque Nacional Juan Castro Blanco, pájaros carpinteros (Picidae) y numerosas familias de aves pequeñas, como canoras y atrapamoscas. Las aves de rapiña también se encuentran bien representadas en las familias de las águilas, halcones y caracaras (Occipitridae, Falconidae y Pandionidae) por ejemplo el águila pescadora (Pandion haliaetus), así como los zopilotes (Catharidae). Muchas especies son migratorias o usan el área para anidación o para invernar, entre ellas especialmente las familias de aves acuáticas (OEA, 1997, Stiles y Skutch, 1995).

La fauna de mamíferos presenta elementos de ambas regiones, la gran mayoría de los mamíferos es de tamaño pequeño y tiene hábitos nocturnos o crípticos, difíciles de observar. Todos los murciélagos, los insectívoros y los marsupiales y gran parte de los roedores. Entre los mamíferos diurnos mejor conocidos y fáciles de observar están las ardillas, los primates o monos, el sahíno, el venado, la danta o tapir. Entre los nocturnos se tiene el jaguar, manigordo, el caucel y el león breñero (Valerio, 1999).

La fauna de mamíferos, existe una gran diversidad de murciélagos, varias especies de marsupiales como el zorro pelón (Didelphis masurpialis), varias familias de carnívoros, incluyendo los felinos (Felidae), que son el jaguar (Phantera onca), el puma (Puma concolor), el manigordo (Leopardus pardalis), el caucel (Leopardus wiedii) y el león breñero (Herpailurus yaguaroundi). También se encuentran poblaciones relativamente abundantes de danta (Tapirus bairdii), venado (Odocoileus virginianus), sahíno (Pecari tajacu), una gran cantidad de roedores como la Guatuza (Dasyprocta punctata), el tepezcuintle (Agouti paca) y otros grupos, como perezosos (Choloepus hoffmanni) y el conejo (Sylvilagus floridanus). Los primates forman también un grupo interesante, con tres especies: el mono congo (Alouatta palliata), el colorado o mono araña (Ateles geoffroyi) y el mono cariblanco (Cebus capucinus) (OEA, 1997; Carrillo, et al, 1999).

Finalmente, dentro de los invertebrados, los insectos tienen un papel extraordinario en cuanto a su riqueza de especies y a la diversidad de formas y grupos. La diversidad de hábitats se refleja en la riqueza de las especies de invertebrados, como por ejemplo: los abejones (Coleoptera), las mariposas (Lepidoptera) y las avispas y hormigas (Hymenoptera). Otros grupos, particularmente algunas órdenes de insectos acuáticos, son muy poco conocidos, mientras que en otros, los estudios de inventario de especies han encontrado y descrito cientos de especies nuevas (por ejemplo las órdenes Trichoptera y Odonata). Sin embargo, aún falta mucho conocimiento y pasarán los años antes de que se pueda estimar con certeza la riqueza de especies de estos grupos. Entre los insectos de especial importancia se encuentran grupos defoliadores de plantas, polinizadores, carnívoros, carroñeros, pestes de la agricultura y vectores de enfermedades tanto humanas como de animales (OEA, 1997).


2.1.7. Capacidad de Uso de la Tierra

En 1991, el Proyecto COSEFORMA realizó un estudio sobre la capacidad de uso de la tierra, en un área de 466173 ha. (Coordenadas geográficas 10° 25’ y 11° 51’ Latitud Norte; 83° 55’ y 84° 50’ Longitud Oeste) de la Región Huetar Norte, utilizando la metodología del Centro Científico Tropical. Alrededor del 72% (335644 ha) del área estudiada tiene capacidad de uso para la producción forestal. (Figura 2 y Anexo 1) (COSEFORMA, 1996).


2.1.8. Uso de la Tierra

Los datos del Censo 1984 reflejan el patrón de uso de la Tierra que siguió el Área. Se encontró que alrededor del 60% de las tierras se utilizaban como pastos y había solamente un 20% con bosque y un 7% con charrales.



2.1.9. Áreas Silvestres Protegidas y Corredores Biológicos

El área protege y conserva recursos sobresalientes en siete áreas silvestres protegidas (ASP) que cubren una extensión de 134180ha. (20,30% del total del área). Cuenta con parques nacionales (2), refugios nacionales de vida silvestre (4), reservas forestales (1). También existe un proceso de manejo de zonas de amortiguamiento de las ASP en cuatro iniciativas de Corredores Biológicos que cubren una extensión de 295660ha. (44,77% del total del área).

2.1.10. Pago por Servicios Ambientales

El ACAHN, se ha caracterizado por tener la mayor colocación de área en el país dentro del programa de Pago por Servicios Ambientales, situación que también se dio con los incentivos forestales mediante el Certificado de Abono Forestal. En general los recursos económicos destinados para protección del bosque, manejo de bosque y reforestación durante el período 1997- 2001, representa una inversión superior a los 3210 millones de colones, con un área total compensada de 45550.79ha. y un total de 513 beneficiarios(as).



2.2. Descripción Socio – Económica

2.2.1. Población

La población del ACAHN es de 217613 habitantes. El 81% de la población está catalogada como rural; el 51,56% son hombres y el 48,44% son mujeres. La densidad de población se estima en 33,60 habitantes /km2 (INEC, 2001).
Cabe destacar que existe población indígena (890 indígenas), en el territorio del grupo étnico denominado Malekus o Guatuzos (2993 ha), ubicados en el cantón de Guatuzo, cuyo idioma es el Malekujaika.

2.2.2. Empleo y desempleo

Los indicadores de empleo y de desempleo para el 2000, revelan que el Área tenía una población económicamente activa de 68387 habitantes, de los cuáles el 95,09% se ubica en la categoría de ocupados y el 4,91% de desocupados. La población inactiva se estimó en 110879, de los cuáles el 44,92% son menores de 12 años y el 55,08% mayores de 12 años. La tasa bruta de participación (fuerza de trabajo / población de 12 años o más x 100) es de 61,68%, con una tasa de ocupación (población ocupada / población de 12 años o más x 100) es de 58,66% (INEC, 2001).

La tasa de ocupación es elevada en comparación con otras regiones del país (COSEFORMA, 1996). Las empresas agropecuarias contratan de manera temporal, mano de obra procedente de Nicaragua, para compensar la falta de esta en el período de producción máximo.

El análisis de la ocupación por rama de actividad indica que un 47,20% se ocupa de la agricultura, de la caza, de la silvicultura y de la pesca, un 16,5% al sector servicios comunales y sociales, un 14,6% al comercio por mayor y por detalle, un 7,9% a la industria manufactura; y un 13.8% a otro tipo de actividades (COSEFORMA, 1996).


2.2.3. Vivienda y otros servicios básicos

Con base en el Censo 2000, existe una ocupación en promedio de 4,40 personas por hogar y 49706 viviendas ocupadas (INEC, 2001).

Solo Ciudad Quesada, puede considerarse como centro urbano definido, las restantes comunidades se agrupan como áreas urbanas – rurales concentradas o rurales dispersas; las urbano rurales concentradas agrupan el 26% de las viviendas, las rurales agrupan el 74% (OEA, 1997).

La población de la zona rural carece, en su mayoría de servicios básicos y condiciones de saneamiento mínimas. Los centros urbanos de mayor jerarquía cuentan con sistemas de abastecimiento de agua, sistemas adecuados de disposición de excretos (tanques sépticos) y servicios de recolección de desechos sólidos (32% de la población) (OEA, 1997).




III. BIBLIOGRAFÍA

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